Óscar Puente y su estrategia para evitar que le salpique la corrupción

El 14 de septiembre de 2024, el ministro de Transportes, Óscar Puente, tomó una decisión crucial para proteger su reputación y la del Ministerio de Transportes al destituir a Ángel Contreras, presidente de ADIF. Esta decisión se produjo en medio de las investigaciones en torno a casos de corrupción vinculados a su predecesor, José Luis Ábalos, y a la trama conocida como el ‘caso Koldo’. Contreras, quien había sido promovido al puesto de presidente en 2023, estaba envuelto en múltiples polémicas, como el amaño de contratos públicos y el uso indebido de fondos europeos. Esta destitución fue vista como un “cortafuegos” diseñado por Puente para alejarse de las sombras de la corrupción que persiguen la era Ábalos.

La estrategia de Puente de apartar a figuras claves vinculadas a escándalos de corrupción, como Contreras, no es nueva en el Ministerio. En las semanas anteriores, también se había producido la destitución de Michaux Miranda, jefe de personal de ADIF, y de Jesús Manuel Gómez, subsecretario del Ministerio. Estas decisiones reflejan un esfuerzo por limpiar la administración y mostrar una imagen de transparencia y responsabilidad frente a la opinión pública. Al mismo tiempo, surgen rumores de nuevos nombramientos para cubrir las vacantes dejadas por estas figuras clave en la administración del transporte ferroviario.

La destitución de Contreras y la herencia de Ábalos

El caso de Ángel Contreras no es un incidente aislado. Su vinculación con la trama de corrupción que salpica a Ábalos, un exministro que ha sido acusado de recibir presuntas comisiones ilegales, generó una presión constante sobre Puente y el Ministerio. De hecho, las investigaciones en curso de la Guardia Civil han revelado pruebas que implican a diversas constructoras en el pago de sobornos a cambio de contratos públicos. La destitución de Contreras se interpreta, por tanto, como un movimiento estratégico para proteger la administración actual de cualquier repercusión negativa.

Además de su vinculación con el ‘caso Koldo’, Contreras había sido señalado por participar en el amaño de varios contratos millonarios durante su etapa como director general de Conservación y Mantenimiento en ADIF. Estos contratos, valorados en decenas de millones de euros y financiados con fondos europeos, habrían sido manipulados para favorecer a ciertas empresas. Entre ellas, la empresa francesa Thales, que estuvo implicada en uno de los contratos amañados, aunque prefirió no pronunciarse públicamente sobre las irregularidades. A pesar de estos indicios, la figura de Contreras había sido defendida con vehemencia por algunos altos cargos del Ministerio, lo que añade un matiz de complejidad a su destitución.

Contratos amañados y el ‘caso Koldo’

Uno de los puntos críticos que puso a Contreras en la mira fue su relación con el ‘caso Koldo’. Este escándalo involucra a Koldo García, exasesor de Ábalos, quien presuntamente contactó a Contreras para influir en la adjudicación de un contrato a favor de la empresa OPR. Este amaño ha sido uno de los elementos más contundentes en las investigaciones de la Guardia Civil, que han puesto en evidencia las conexiones entre altos funcionarios del Ministerio de Transportes y empresas privadas en un esquema de corrupción para la adjudicación de contratos públicos.

Las investigaciones en torno a la empresa OPR no son nuevas. ADIF ya había iniciado una auditoría interna sobre presuntas irregularidades en contratos que favorecían a esta compañía, aunque dicha auditoría fue rápidamente desestimada por la propia empresa pública. No obstante, informes posteriores realizados por Ineco, una empresa adscrita al Ministerio de Transportes, detectaron sobrevaloraciones técnicas en varias licitaciones, lo que terminó por confirmar las sospechas de corrupción en torno a estas adjudicaciones. Estos hechos, sumados a la creciente presión mediática, hicieron inevitable la destitución de Contreras y el reconocimiento de la necesidad de una renovación profunda en la gestión de ADIF.

Óscar Puente: Un movimiento político calculado

La decisión de Óscar Puente de destituir a Contreras, aunque vista como una maniobra para protegerse de posibles consecuencias políticas, también refleja una intención de marcar una nueva era en el Ministerio de Transportes. La herencia de la época Ábalos ha dejado una huella profunda, y Puente parece estar decidido a distanciarse de cualquier vínculo con los escándalos de corrupción. En lugar de minimizar o ignorar los problemas, Puente ha optado por una serie de decisiones contundentes, incluyendo la destitución de figuras clave y la promesa de reorganizar la estructura interna del Ministerio.

A medida que avanzan las investigaciones sobre el ‘caso Koldo’ y los amaños de contratos, Puente enfrenta el desafío de mantener la confianza pública y demostrar que el Ministerio de Transportes está comprometido con la transparencia. Se espera que en los próximos días se anuncien nuevos nombramientos en la cúpula de ADIF, lo que podría ofrecer una nueva oportunidad para redirigir la gestión de la infraestructura ferroviaria en España. Sin embargo, el tiempo dirá si estas acciones serán suficientes para disociar a Puente de los escándalos del pasado y si logrará consolidar una administración más ética y eficiente.

Redactora de ActualTV especializada en televisión.

María López

Redactora de ActualTV especializada en televisión.