El verdadero liderazgo político: menos ansia de poder y más empatía

En los bajos de un garaje inundado en Paiporta, rodeada de lodo y con la luz apenas filtrándose, se vivió una escena que rápidamente se viralizó en las redes sociales. La ministra de Defensa, Margarita Robles, se encontraba conversando con varios vecinos de la localidad, quienes, visiblemente molestos, le exigían la intervención del ejército para limpiar los garajes afectados por las lluvias.

En medio de la tensión, Robles, en un tono airado, se defendió de las críticas asegurando que “no tenía la culpa” de la ausencia de los efectivos del ejército en la zona. La ministra argumentó que la responsabilidad de establecer las prioridades de actuación recae en los ayuntamientos y en el CECOPI, y que su labor era subsidiaria a las indicaciones de las autoridades locales.

Sin embargo, los vecinos no se conformaron con sus explicaciones, increpando a Robles por su presencia en lugar de una ayuda más concreta, acusándola de aprovechar la situación para “hacerse la foto”.

La polémica imagen de este momento ha puesto en evidencia la difícil situación que atraviesa la localidad, afectada por la Dana del 29 de octubre, y la creciente frustración de los afectados por la falta de respuestas inmediatas.

La verdadera grandeza de un político no reside en su cargo, sino en la humanidad que demuestra hacia quienes más lo necesitan.

En momentos de dolor y pérdida, como cuando las aguas inundan hogares y sueños, el pueblo no espera discursos, sino manos tendidas y corazones dispuestos a escuchar.

Un político cercano es aquel que, más allá de las soluciones técnicas, ofrece consuelo y empatía. Que no teme ensuciarse los zapatos ni mojarse bajo la tormenta para acompañar a quienes ven cómo su mundo se derrumba. Porque la cercanía no es una obligación, es un deber moral.

La humanidad es la virtud más noble de quien gobierna. Mirar a los ojos de una familia rota y reconocer su sufrimiento con humildad es un acto de liderazgo verdadero. 

Es entender que el poder no se ejerce desde el orgullo, sino desde la compasión.

Cuando el pueblo sufre, los políticos deben ser faros de esperanza, no voces de reproche. 

Que sus palabras calmen, no hieran. 

Que sus acciones construyan, no distancien. 

Porque en cada gesto amable y en cada escucha sincera se siembra la confianza que transforma el dolor en esperanza y el desaliento en fuerza para seguir adelante.

Muchos teníamos cierta esperanza en que nuestros políticos al caminar entre el barro y con una pérdida como esta, descubrirían el verdadero sentido del servicio público.

Cada voto es una semilla; si elegimos mal, no podemos sorprendernos cuando el fruto es tan amargo.

Periodista. Escribo sobre las novedades de las series y programas de televisión y plataformas de vídeo en streaming. He trabajado en distintas revistas y periódicos digitales de España.

Pedro Fuentes

Periodista. Escribo sobre las novedades de las series y programas de televisión y plataformas de vídeo en streaming. He trabajado en distintas revistas y periódicos digitales de España.