Disney en España: un fracaso que duele (y no es de película)

Disney+, la plataforma de streaming que prometía revolucionar el entretenimiento en España, está fallando en aspectos clave que afectan directamente a los usuarios y al sector audiovisual local. A diferencia de otros mercados europeos, donde la compañía ha realizado importantes inversiones en producción original, en España su estrategia se limita a un catálogo poco renovado, precios en alza y un servicio que no cumple con las expectativas. Este artículo analiza los principales problemas de Disney+ en nuestro país y plantea por qué la compañía debería reconsiderar su enfoque.

Producción local: una oportunidad desaprovechada

Mientras que en países como Francia, Alemania o Italia Disney+ ha apostado por múltiples producciones originales anuales, en España la presencia de contenido local es casi testimonial. Esta falta de inversión no solo limita las oportunidades para el talento nacional, sino que también empobrece el catálogo disponible para los suscriptores.

Ejemplos como Balenciaga, una serie que finalmente se estrenó en HBO Max tras ser descartada por Disney, demuestran que la plataforma está dejando escapar proyectos de calidad. En un mercado donde plataformas como Netflix y Amazon Prime Video sí están produciendo ficción española, la actitud de Disney+ resulta inexplicable.

Según un informe de 2023, menos del 15% de las producciones europeas de Disney+ corresponden a España, a pesar de ser uno de los mercados con mayor consumo de streaming en Europa.

Recortes y paralización de proyectos: un retroceso preocupante

En 2023, Disney+ España llevó a cabo un recorte significativo en su equipo, despidiendo a más de veinte ejecutivos sénior y paralizando la adquisición de nuevas series y películas. Esta decisión, aparentemente motivada por una estrategia de reducción de costes, ha tenido un impacto directo en la diversidad y calidad del contenido ofrecido.

Además, la falta de nuevas producciones y adquisiciones ha dejado el catálogo estancado, lo que contrasta con la constante renovación que ofrecen competidores como Netflix o HBO Max. Los suscriptores, que pagan tarifas cada vez más elevadas, tienen derecho a esperar un servicio en constante evolución.

Subidas de precio y publicidad en planes de pago: ¿dónde está el valor añadido?

Uno de los aspectos que más descontento ha generado entre los usuarios españoles es la constante subida de precios. En solo cinco años, la tarifa anual de Disney+ ha pasado de 69,99 € a 139,99 €, un incremento del 100% que no se ha visto acompañado por una mejora proporcional en el servicio.

Pero lo más criticable ha sido la introducción de publicidad incluso en los planes de pago, una medida que contradice la promesa inicial de una experiencia sin interrupciones. Mientras otras plataformas mantienen opciones libres de anuncios, Disney+ ha optado por monetizar aún más un servicio que ya era de los más caros del mercado.

Problemas técnicos y atención al cliente: una experiencia frustrante

Numerosos usuarios han reportado incidencias recurrentes al renovar sus suscripciones, con fallos en los sistemas de pago y una atención al cliente lenta e ineficaz. Estos problemas técnicos, sumados a una comunicación poco transparente, están deteriorando la confianza en la marca.

Foros y redes sociales están repletos de quejas sobre errores en la app, dificultades para cancelar suscripciones y respuestas automatizadas que no resuelven los problemas. En un sector donde la experiencia de usuario es clave, Disney+ está quedándose atrás.

Disney+ debe rectificar su estrategia en España

España es un mercado con un enorme potencial para el streaming, pero Disney+ está desaprovechando la oportunidad de consolidarse como una plataforma de referencia. Para recuperar la confianza de los suscriptores y competir con rivales mejor posicionados, la compañía debe invertir en producción local, apoyando el talento español y enriqueciendo su catálogo; revisar su política de precios, garantizando que las tarifas estén alineadas con el valor real del servicio; y mejorar la atención al cliente y resolver los problemas técnicos, ofreciendo una experiencia fluida y sin frustraciones.