Pedro Sánchez y Xavi Hernández: las dos caras de una misma moneda

Cuando ya no tienes razón no empieces a buscar excusas.

Ayer el presidente del gobierno comunicó: ”Necesito parar y reflexionar. Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política”. 

Esta semana hemos sido testigos de otro caso en relación ha seguir o no en sus cargos, también mediático, aunque de otra envergadura, donde Xavi Hernandez, entrenador del Barcelona, se queda en el Barça, donde cumplirá su contrato hasta junio de 2025 tras acordar su continuidad en una reunión con Laporta ,después de que hace meses había dimitido porque entendía que era lo mejor para el equipo.

Qué difícil es a veces tomar algunas decisiones. Sobre todo, cuando coges un camino que implica renunciar, con la capacidad que tenemos para aferrarnos a según qué cosas.

En la vida hay que aprender a renunciar y, de hecho, se renuncia mucho, sobre todo cuando nos vamos haciendo viejos.

La grandeza que tiene renunciar es que nos define como personas, porque renunciamos a hacer pudiendo hacerlo, aunque claro, todo eso depende también de los motivos que tengamos para esa renuncia.

Existe otro problema muy serio: qué herencia se deja. Normalmente, es una deuda muchas veces irrecuperable que solo perjudica a quienes la heredan, con la ventaja, en este caso, de que el difunto no se muere, solo cambia de vida.

En ambos casos se perciben coincidencias: resentimiento y el hecho de que siempre son culpables los demás de sus desgracias.

Cuando acusamos a los demás de nuestras propias desgracias es consecuencia de nuestra ignorancia; acusarse a sí mismo es comenzar a entenderse; no acusar ni a otros ni a sí mismos, ésa es la verdadera sabiduría.

Llega un momento donde las personas que solo piensan y se miran mucho a sí mismas, ya no saben cuál es su cara y cuál es su careta.