El mundo de la televisión se encuentra en una encrucijada delicada cuando la política y el entretenimiento colisionan. Pablo Motos ha puesto sobre la mesa una reflexión que trasciende fronteras: la presión que ejercen los poderes políticos sobre los medios de comunicación y sus presentadores.
Durante la mesa de actualidad de El Hormiguero, el presentador valenciano compartió una confesión que muchos sospechaban pero pocos se atrevían a verbalizar: “A mí se me ha intentado cargar, tanto desde el PP como desde el PSOE, en eso no hay una diferencia”.
Esta revelación surgió precisamente al analizar la polémica cancelación del programa de Jimmy Kimmel en Estados Unidos. ABC decidió suspender indefinidamente el show del humorista tras sus comentarios sobre el activista republicano Charlie Kirk, una decisión que Motos califica como “una cosa gravísima para la libertad de expresión“.
El caso Kimmel no es un hecho aislado. Según explicó Motos, “Donald Trump lleva ya tiempo a muerte a por los shows parecidos al Hormiguero en Estados Unidos”. La situación se vuelve más compleja cuando entran en juego intereses económicos: “Hay un momento en que llega Donald Trump y dice: ‘Si la queréis hacer, tenéis que cargaros a este tío'”.
Cristina Pardo añadió detalles esclarecedores sobre el entramado empresarial detrás de esta decisión. “La cadena ABC es propiedad de Disney, y por lo visto el organismo regulador estaba presionando con no renovarle la licencia. La excusa que han puesto es un chiste que hizo Jimmy Kimmel, que es humorista, en el que criticó a Donald Trump por haber utilizado el asesinato del activista republicano Charlie Kirk para sacar rédito político, cosa que es verdad”.
Lo que resulta especialmente preocupante, según Pardo, es que “Donald Trump salga en público a mentir, porque dice que se lo han cargado porque no tenía audiencia”. La transparencia con la que el expresidente admite su influencia en esta decisión marca un precedente inquietante.
Pero estas prácticas no son exclusivas del otro lado del Atlántico. “Aquí en España también los políticos presionan a los medios de comunicación, también les gustaría cargarse presentadores, también se habrán cargado a alguno de las televisiones públicas”, manifestó Pardo, dirigiendo una mirada significativa hacia Motos que no pasó desapercibida.
Cuando una de las hormigas preguntó “¿Por qué has señalado a Pablo?“, el presentador no eludió la cuestión y compartió su experiencia personal con esa presión política que muchos presentadores conocen pero pocos ventilan públicamente.
Juan del Val profundizó en esta realidad incómoda: “Es verdad que todos los dirigentes tienen la tentación de intentar cargarse a los presentadores y a la gente que dice cosas incómodas. Eso es algo que no se hace de una manera tan expresa como hace Donald Trump, pero claro que se hace“.
El colaborador fue más allá al explicar los mecanismos sutiles pero efectivos de esta presión: “La cuestión no es poder decir lo que quieras, en España se puede decir lo que quieras, el tema es lo que eso cuesta. El precio es que van a por ti, de una manera o de otra. Te pueden hacer hasta una campaña…”.
Del Val hacía referencia implícita a episodios como el spot del Ministerio de Igualdad que utilizó declaraciones de Motos en una campaña contra la violencia machista, aprovechando una pregunta que el presentador había realizado años atrás a la actriz Elsa Pataky.
Los métodos de presión van más allá de las campañas públicas. “Por supuesto que llaman por teléfono y llaman manejando el dinero, diciendo dónde invierte y dónde no”, reveló Del Val, desvelando un aspecto económico que pocas veces se menciona abiertamente.
Nuria Roca quiso equilibrar el debate recordando que esta práctica trasciende colores políticos: “Lo hacen todos, lo han hecho cuando ha gobernado el PSOE y cuando ha gobernado el Partido Popular”. Una realidad que Motos confirmó con una frase contundente: “Estas cosas pasan en España también“.
El debate en El Hormiguero ha puesto de manifiesto una realidad que va más allá de las diferencias ideológicas: la tensión constante entre el poder político y la libertad de expresión en los medios, un equilibrio delicado que tanto en España como en Estados Unidos enfrenta desafíos similares, aunque con métodos y grados de transparencia diferentes.
Redactor de ActualTV especializado en televisión y redes sociales. Me gusta la comunicación, el mundo audiovisual y el marketing digital. He trabajado como responsable de prensa en diferentes empresas del mundo del entretenimiento y ahora vivo la profesión desde el otro lado.
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