
Veinte años después de su estreno, ‘Los 4 fantásticos’ vive una curiosa rehabilitación. Lo que en 2005 fue recibido con críticas demoledoras y escaso entusiasmo del público, hoy cuenta con una legión inesperada de defensores que reivindican sus virtudes. Una transformación tan sorprendente como los propios poderes de Reed Richards.
La perspectiva que otorgan dos décadas de películas de superhéroes ha sido generosa con la propuesta de Tim Story. Donde antes se veía simplicidad, ahora muchos encuentran frescura. Donde se criticaba la falta de épica grandilocuente, otros celebran una aproximación más humana y cercana al género. El tiempo, ese misterioso alquimista del cine, ha obrado su particular magia con esta adaptación.
Cameo de Stan Lee en ‘Los Cuatro Fantásticos’ (2005)
Resulta fascinante recordar las circunstancias del rodaje. Tim Story llegó al proyecto con un bagaje cinematográfico que, siendo generosos, podríamos calificar de modesto: una ópera prima perdida en el olvido (‘One of us Tripped’), un videoclip para NSYNC, y un par de comedias de resultado desigual (‘La barbería’ y ‘Taxi: Derrape total’). Entonces, como un rayo cósmico inesperado, Marvel le confió las riendas de una de sus propiedades más queridas.
El reparto reunido fue notable: Jessica Alba aportando carisma como Sue Storm, Ioan Gruffudd dando vida al científico Reed Richards, un jovencísimo Chris Evans desplegando su natural simpatía como Johnny Storm, Michael Chiklis transformándose literalmente en Ben Grimm, y Julian McMahon encarnando la elegante amenaza del Doctor Doom. Un conjunto de intérpretes que consiguió crear una química familiar convincente, quizás el mayor acierto de toda la producción.
Revisitando la película con la mirada actual, saturada de espectáculos superheroicos de presupuestos astronómicos y ambiciones cósmicas, se aprecia mejor su tono desenfadado y su aproximación más íntima al material original. ‘Los 4 fantásticos’ no aspira a redefinir el género ni a plantear reflexiones profundas sobre el poder y la responsabilidad. Se conforma con ser ese tipo de entretenimiento veraniego que funciona como el aire acondicionado del cine: refrescante, cómodo y eficaz para pasar un buen rato.
No estamos ante una obra maestra, evidentemente, pero hay elementos rescatables que merecen reconocimiento. Su espíritu familiar, la ausencia de pretenciosidad, ciertos momentos de humor genuino y, sobre todo, esa calidez que emana de un enfoque menos calculado y más espontáneo del universo Marvel. Quizás sea precisamente en esa sencillez donde reside su encanto redescubierto.
Periodista. Escribo sobre las novedades de las series y programas de televisión y plataformas de vídeo en streaming. He trabajado en distintas revistas y periódicos digitales de España.
Marvel Studios atraviesa uno de los momentos más delicados de su historia reciente. Tras años…
A poco más de dos semanas para despedir el año, la taquilla de 2025 deja…
La industria del entretenimiento vive una de esas semanas en las que una carta puede…
La relación entre Disney e inteligencia artificial ha dejado de ser una promesa futurista para…
Movistar Plus+ ha dado un paso más para reforzar su liderazgo en la retransmisión de…
La revolución tecnológica vuelve a sacudir a la industria del entretenimiento. Disney ha confirmado una…