El curso político se reactiva antes de lo previsto y Alberto Núñez Feijóo lo tiene claro: no piensa ceder un milímetro ante el Gobierno de Pedro Sánchez. Tras un verano marcado por la tensión judicial y el desgaste parlamentario del Ejecutivo, el líder del Partido Popular ultima su estrategia para capitalizar el descontento creciente en diversos sectores. La ofensiva se desplegará en tres frentes clave: economía, institucionalidad y calle.
La desaceleración económica y el repunte de la inflación en alimentos y energía vuelven al centro del debate. Feijóo y su equipo económico ya preparan una batería de propuestas para fiscalizar cada movimiento del Gobierno en materia económica. Desde el PP se acusa al Ejecutivo de “inacción” ante el alza de precios y de “electoralismo fiscal” con las recientes ayudas anunciadas.
Además, Génova insiste en que la gestión de los fondos europeos sigue siendo opaca y desigual. “Hay comunidades que no están recibiendo lo que les corresponde”, denuncian desde el entorno del líder popular, en una clara alusión a las autonomías gobernadas por el PP. En septiembre, el partido presentará un informe propio sobre el reparto de estos fondos.
Feijóo también centrará su estrategia en cuestionar la “erosión institucional” que, según él, ha provocado el Ejecutivo. La reciente polémica por los nombramientos en el Tribunal Constitucional y las críticas al funcionamiento del Consejo General del Poder Judicial son el caldo de cultivo perfecto para reforzar su discurso.
El PP intensificará su labor parlamentaria en la nueva sesión que arranca en septiembre. Se esperan iniciativas para fiscalizar los acuerdos del Gobierno con sus socios nacionalistas e independentistas, especialmente en lo relativo a la amnistía y las cesiones fiscales a Cataluña y Euskadi. “España no puede ser una moneda de cambio”, repite Feijóo en sus intervenciones más recientes.
Más allá del hemiciclo, Feijóo prepara una agenda de actos públicos y encuentros con sectores clave. El objetivo: conectar con una ciudadanía cada vez más crítica con el rumbo del país. Las protestas del sector agrario, la inquietud en la educación y la sanidad, y las recientes movilizaciones de funcionarios y jueces son vistas por el PP como señales claras de descontento que deben canalizarse políticamente.
A esto se suma el músculo territorial del partido. Con la mayoría de comunidades autónomas en manos del PP, Feijóo cuenta con una red de apoyo clave para proyectar una imagen de alternativa sólida al Gobierno central. “Desde las autonomías se puede demostrar que hay otra forma de gobernar”, apuntan fuentes populares.
Con el Congreso a punto de reabrir sus puertas y el horizonte electoral europeo en el radar, la estrategia de Feijóo busca marcar la agenda política de los próximos meses. En el PP están convencidos de que el desgaste del Gobierno es real, pero saben que la clave está en ofrecer una alternativa creíble y movilizadora.
“No se trata solo de criticar, sino de construir una mayoría social que pida un cambio”, repiten en la dirección nacional. La contraofensiva está en marcha.
Redactor de ActualTV especializado en redes sociales. Interesado en el nuevo modo de comunicación digital.
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