Ester Expósito denuncia el abuso de poder de la alta sociedad en su nueva película ‘El talento’

La industria cinematográfica española sigue explorando temas sociales complejos y urgentes. En esta ocasión, ‘El talento‘ llega a las salas como una reflexión profunda sobre las dinámicas de poder, el clasismo y la violencia sutil que permea ciertos círculos sociales. Dirigida por Polo Menárguez, esta producción adapta la obra literaria ‘La señorita Elsa‘ de Arthur Schnitzler, publicada hace casi un siglo pero que mantiene una relevancia inquietante en nuestros días.

Una crítica al poder y la impunidad

Lo que hace especialmente perturbador a este filme es su enfoque en personajes masculinos que ejercen el poder desde la absoluta impunidad. El director Polo Menárguez ha sido claro al respecto: la película pone el foco en “hombres con muchísimo poder que son absolutamente impunes”. Este planteamiento va más allá de las denuncias habituales sobre machismo, adentrándose en territorios donde la diferencia de clase amplifica exponencialmente los abusos.

Yo creo que es fundamental poner el foco en cuando hay una gran diferencia de clase, el abuso de poder sobre de un hombre sobre una mujer es infinitamente mayor.

Pedro Casablanc, quien interpreta al antagonista Ignacio, describe a su personaje como “un señor feudal” que “no ve más allá de lo que es su dominio”. Esta caracterización revela la mentalidad de quienes consideran que su posición socioeconómica les otorga derechos sobre otros seres humanos.

El relato de Elsa: más que una historia personal

En el centro de esta trama se encuentra Elsa, interpretada por Ester Expósito, una talentosa violonchelista cuyo sueño de formar parte de la orquesta de Viena se ve amenazado por circunstancias familiares y presiones sociales asfixiantes. Su historia funciona como una ventana a través de la cual el espectador puede observar cómo operan estos mecanismos de poder y control.

Para Expósito, la importancia de este tipo de narrativas radica en su capacidad de generar empatía y reflexión. La actriz explica que el filme “invita al espectador a que se identifique, empatice, tenga delante de sus propios ojos lo que se puede sentir en una situación como esa”, fomentando esa conexión emocional que puede llevar a pensar ‘ay si me pasara a mí‘.

Dinámicas de grupo cuestionables

Más allá del conflicto principal, ‘El talento‘ también examina las relaciones tóxicas entre jóvenes, esas dinámicas aparentemente inofensivas que encubren bullying, xenofobia y diferentes formas de violencia psicológica. La película no teme mostrar conversaciones incómodas que muchos prefieren ignorar.

Mirela Balic, parte del reparto, reconoce lo difícil que resultó interpretar estos diálogos: “había comentarios xenófobos y racistas que decías: ‘Dios mío, qué duro’. Para nosotros como actores eran cosas duras de decir, había comentarios gordófobos y mucho bullying que claramente nos remueve“. Sin embargo, esta incomodidad era necesaria para exponer comportamientos que requieren ser cuestionados.

Juan Pablo Fuentes, quien da vida a Jaime, uno de los personajes responsables de estos comentarios hirientes, reflexiona sobre las motivaciones detrás de tales actitudes. Para él, estos comportamientos nacen como una forma de “aplacar la inseguridad de uno”. Balic complementa esta reflexión señalando que “detrás de un insulto está el reflejo de lo que haces hacia ti mismo“.

La adaptación de Schnitzler cobra nueva vida en manos de Menárguez, quien logra trasladar a la pantalla un relato que, aunque ambientado en los círculos de alta sociedad vieneses, resuena con problemas contemporáneos universales. El abuso de poder, las diferencias de clase y la cosificación siguen siendo temas de actualidad que requieren ser abordados desde diferentes perspectivas artísticas.

‘El talento‘ ya está disponible en cines, ofreciendo una experiencia cinematográfica que invita a la reflexión y al diálogo sobre temas que, lamentablemente, siguen vigentes en nuestra sociedad.