El gobierno de EEUU utiliza la intensa pelea de Scarlett Johansson y Adam Driver en Netflix para ahuyentar lobos salvajes

En los vastos campos del oeste estadounidense, una batalla inesperada se libra entre depredadores y ganaderos. Mientras que tradicionalmente se han utilizado métodos convencionales para proteger el ganado, ahora dos actores de Hollywood se han convertido involuntariamente en los guardianes más efectivos contra los lobos.

Cuando el drama de Hollywood se convierte en defensa rural

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha descubierto una herramienta sorprendentemente eficaz: los diálogos intensos de Scarlett Johansson y Adam Driver en ‘Historia de un matrimonio’. Esta película de Noah Baumbach, que retrata el doloroso proceso de un divorcio, ahora sirve como banda sonora disuasoria en ranchos y granjas.

La situación que enfrentan los ganaderos es dramática. Una pareja de Oregon perdió 40 terneros el año pasado debido a los ataques de lobos. Para los depredadores, describían la situación como “básicamente como pasar por Burger King, presa fácil para ellos”. Ante esta realidad, la búsqueda de soluciones llevó a métodos poco convencionales.

Paul Wolf -cuyo apellido parece una broma del destino-, supervisor del distrito de Oregon, explica la estrategia implementada:

“Al rescate acuden los drones, cuyos cuadricópteros cuentan con cámaras térmicas que pueden revelar cualquier lobo que aceche en la oscuridad y lo iluminan con un foco. Un altavoz emite sonidos alarmantes como fuegos artificiales, disparos y gente discutiendo. Una grabación es la pelea entre Scarlett Johansson y Adam Driver en la película ‘Historia de un matrimonio’“.

Una banda sonora inesperada para el campo

La intensidad emocional de las discusiones matrimoniales cinematográficas no es lo único que resuena por los campos estadounidenses. Los lobos también deben soportar los acordes de ‘Thunderstruck’ y ‘T.N.T.’ de AC/DC, creando una experiencia auditiva que Noah Baumbach probablemente nunca imaginó para su obra.

Esta no es la primera vez que los lobos enfrentan una representación negativa en el entretenimiento. Desde cuentos clásicos como ‘Los tres cerditos’ y ‘Caperucita roja’ hasta películas de terror como ‘El hombre lobo’, estos animales han sido históricamente villanizados en la cultura popular. Ahora, además de lidiar con estereotipos, deben enfrentarse a una tortura auditiva constante de gritos cinematográficos.

El arte fuera de contexto

Este caso ilustra perfectamente cómo las creaciones artísticas pueden adquirir propósitos completamente ajenos a las intenciones de sus creadores. El séptimo arte, en particular, ha encontrado aplicaciones sorprendentes en contextos inesperados.

En otros rincones del mundo, el cine sirve propósitos igualmente alejados de su concepción original. Algunos departamentos de policía estadounidenses reproducen escenas de ‘The Wire (Bajo escucha)’ o ‘Training Day (Día de entrenamiento)’ para generar respuestas emocionales específicas durante interrogatorios.

El ámbito de la investigación psicológica también ha adoptado el cine como herramienta. Películas como ‘Réquiem por un sueño’ y ‘El pianista’ se utilizan frecuentemente para evaluar los niveles de empatía en pacientes, aprovechando su impacto emocional.

En Japón, la tecnología y el entretenimiento se combinan de manera similar: una pantalla proyecta un T-Rex en movimiento continuo para ahuyentar ciervos y jabalíes de los campos de arroz, demostrando que la intimidación cinematográfica trasciende fronteras y especies.

Mientras tanto, el sindicato de los lobos permanece en silencio sobre este asunto, quizás demasiado ocupado esquivando los dramáticos diálogos de divorcio que ahora resuenan por sus territorios de caza.