“Bella Thorne denuncia humillaciones y una agresión por parte de Mickey Rourke en un rodaje”

Hay enfrentamientos en Hollywood que no salen a la luz hasta años después. Este parece ser el caso de Bella Thorne y Mickey Rourke, cuya colaboración en *Girl* dejó heridas más allá de las que se ven en pantalla. La actriz ha roto su silencio con revelaciones que pintan al veterano actor bajo una luz muy distinta a la de sus icónicos papeles.

Un rodaje que se convirtió en pesadilla

Según Thorne, lo que debería haber sido un trabajo rutinario terminó siendo una experiencia traumática. “Este maldito tipo. ¡Qué asco!”, escribió en redes, sin filtros. Detalló escenas escalofriantes: desde un supuesto golpe repetido en sus genitales con una herramienta metálica —que dejó moretones visibles— hasta una humillación pública cuando Rourke habría usado un vehículo para cubrirla de tierra delante de todo el equipo. “Pensó que sería divertido”, afirmó, todavía con rabia.

Negociaciones forzadas y gritos

Pero lo más inquietante fue lo que ocurrió tras las cámaras. Thorne relató cómo, ante la negativa de Rourke a hablar con el director o productores, **ella misma tuvo que entrar sola a su tráiler para convencerlo de seguir rodando**. “Escuché sus exigencias absurdas mientras gritaba. Me sentí vulnerable, pero si no lo hacía, la película se hundía”, confesó. Su testimonio sugiere que el clima en el set era tan tóxico que ponía en riesgo el empleo de todo el equipo.

La respuesta de Rourke: negación y silencio

El actor, actualmente bajo escrutinio por comentarios polémicos en *Celebrity Big Brother*, respondió a través de un comunicado oficial. Su representante aseguró que las acusaciones son graves y que **Rourke “desconoce por completo”** la versión de Thorne: “Nunca fue informado de su malestar durante el rodaje”. Eso sí, evitó entrar en detalles, citando “respeto al proceso” y ofreciendo colaborar con investigaciones formales… si las hubiera.

¿Qué queda claro? Que este conflicto va más allá de un simple choque de egos. Thorne lo resumió así: “Trabajar con Mickey fue una de las peores experiencias de mi carrera”. Y aunque Rourke prefiera el mutismo por ahora, las redes ya han tomado partido. La pregunta es: ¿será esto el inicio de una conversación más amplia sobre los abusos de poder en sets cinematográficos?