Jenna Ortega confiesa el terrible precio de la fama: acoso callejero y miedo constante la persiguen a diario
La industria del entretenimiento ha sido testigo de un fenómeno particular en los últimos años: el ascenso meteórico de estrellas jóvenes que deben lidiar con una fama abrumadora. Jenna Ortega es uno de los casos más emblemáticos de esta nueva generación de actores que han visto cómo su vida cambió radicalmente tras interpretar un papel icónico.

La cara oscura del estrellato
En una reveladora conversación con The Hollywood Reporter, acompañada por Tim Burton -quien la dirigió tanto en ‘Miércoles’ como en ‘Bitelchús Bitelchús’-, la joven actriz de 22 años no se guardó nada al hablar sobre las experiencias más desagradables que ha vivido desde que alcanzó la fama mundial.
Sus declaraciones ponen de manifiesto una realidad inquietante: “Siempre tengo miedo”, admite sin rodeos. El simple hecho de que alguien grite su nombre en la calle se ha convertido en una experiencia angustiante. “A veces me siento incómoda cuando se me acercan hombres adultos”, confiesa, revelando una vulnerabilidad que muchas figuras públicas prefieren mantener en privado.
Pero las situaciones más perturbadoras surgen cuando Ortega no puede complacer las expectativas de sus admiradores. Cuando su agenda apretada le impide detenerse para selfies o autógrafos, algunos fans reaccionan con una agresividad verbal que roza lo intolerable. “A veces la gente me grita cosas repugnantes”, explica. “Si no te paras para alguien porque llegas tarde a algo te llaman ‘p*ta z*rra’ delante de tu madre. Es horrible”.

El precio del éxito masivo
La transformación de Ortega de actriz juvenil a fenómeno global ocurrió prácticamente de un día para otro en 2022. Su interpretación de Miércoles Addams no solo revitalizó a un personaje clásico, sino que convirtió la serie en el mayor éxito en inglés de Netflix, catapultándola a un nivel de reconocimiento que pocos artistas experimentan.
Aunque llevaba años trabajando en producciones como ‘Jane the Virgin’ y ‘You’, fue ese papel emblemático, junto con sus participaciones en ‘X’ y ‘Scream’, lo que la posicionó como una de las estrellas más prometedoras de su generación. Sin embargo, este éxito vino acompañado de desafíos inesperados.
La actriz describe la imprevisibilidad de su nueva realidad: “A veces sales y es un circo”, reflexiona. “Y otras veces puedes estar paseando durante horas y a nadie le importa una mierda. Si de verdad quieres que no te vean, puedes hacerlo“. Esta ruleta rusa de la atención pública se ha convertido en una constante en su día a día.
El debate sobre la privacidad en la era digital
Las experiencias de Ortega alimentan una discusión más amplia sobre los límites entre la vida pública y privada de las celebridades. En una época donde las redes sociales han desdibujado estas fronteras, la actriz cuestiona si el público conoce demasiados detalles íntimos de las figuras públicas.
“Sabemos demasiado”, afirma categóricamente, conectando esta sobreexposición con lo que muchos consideran “la muerte de la estrella de cine” tradicional. Su análisis va más allá de las quejas personales; plantea una crítica estructural al sistema actual.
“Y por eso la gente se siente con derecho a todos esos detalles de tu vida cuando, si a ellos los pusieran bajo el mismo microscopio, no se sentirían ni remotamente tan cómodos. Pero se espera mucho de las personas creativas, que la mitad del tiempo no deberían ni hablar en público. Tienen que convertirse en vendedores de su marca, cuando simplemente deberían encerrarlos en una habitación y dejarlos crear su arte”.
Esta reflexión de Ortega resume una tensión fundamental en el entretenimiento contemporáneo: la contradicción entre la necesidad artística de preservar cierto misterio y las demandas comerciales de transparencia total. Su testimonio sirve como un recordatorio de que detrás de cada personaje icónico hay una persona real navegando las complejidades de una fama que puede ser tanto gratificante como profundamente invasiva.

Periodista. Escribo sobre las novedades de las series y programas de televisión y plataformas de vídeo en streaming. He trabajado en distintas revistas y periódicos digitales de España.